Bien, cierra los ojos… ya te has casado, tú y tu pareja estáis inmensamente felices y tus invitados inflados después de todo el cocktail y el menú que tan cuidadosamente elegiste. Ahora están deseando fumarse el piti con su primer gin-tonic en la barra libre, y ¡OH DIOS MÍO! Llega la hora del baile nupcial, qué nervios, qué ilusión, qué hormigueo... ¡qué todo!
¿Qué tenéis preparado para vuestros invitados?
Bueno, nosotras como buenas personas que somos, os vamos a ayudar con algún consejito e idea que nunca vienen mal, para ver y tratar estos asuntillos. Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es el tipo de pareja que sois, ya que si sois una pareja clásica y más bien aburridota (ojo, no lo digo a malas, es una manera de hablar), tenderéis a hacer el típico vals y a no saliros del molde. Pero si sois modernos y dinámicos seguro que os apetece dejar a los invitados con la boca abierta, ¿verdad?
En todos los casos, siempre es bueno tener ciertas directrices como por ejemplo ensayar mucho, por lo menos 2 ó 3 meses antes de la boda, para que así os sintáis seguros y a gusto con vosotros mismos. La canción que elijáis debe significar algo para vosotros y además trasmitir ese mismo mensaje de felicidad y buen rollo a vuestros invitados. Convendría que dejaseis la tarea de poner la música adecuada o la mezcla de canciones a un DJ profesional, no vaya a ser que al final quede todo hecho un fiasco y vuestra sorpresa salga a la luz. Y, por último, y no menos importante, si no sois unos patos mareados es imprescindible que contratéis a un profesor de baile o coreógrafo, para que haga de vuestra actuación algo inolvidable.
Entre los diferentes tipos de bailes que se nos ocurren para bodas con los que podemos sorprender al público tenemos:
- Mash-up: Esto es la mezcla de varias canciones (aquí la importancia del DJ) para hacer un baile de los más divertido, un ejemplo podría ser empezar con un vals y que tus invitados piensen que eres “del rebaño” y que al rato suene algo movido y dinámico y les sorprendas a todos.
- Bailes de película o de videoclips: ¿quién no ha soñado con hacer alguna vez el baile de Baby y Jhonny en Dirty Dancing? o ¿dejar flipado a tu recién estrenado marido con un “single ladies” de Beyonce? Te mola, y lo sabes…
- Flashmob: consiste en un baile grupal dónde la gente se va uniendo a la actuación para sorpresa del público. Es divertidísimo, la clave está en elegir una coreografía fácil y a poder ser repetitiva, para poder ayudar a tus amigos o familiares (ya que seguramente sean estos los que participen en el baile).
- Bailes típicos de otros países: quédate con la peña marcándoos un tango de esos que dejan sin aliento, o mejor aún una coreo tipo Bollywood llena de colores alegría y danza, o una de esas que hacen los jugadores de rugby de Nueva Zelanda todo ruda y con muchísima personalidad, etc.
- Back in time: o lo que es lo mismo hacer un recorrido por la música bailando hasta llegar a la actualidad, lo cual es facilísimo y muy divertido para los invitado
- Baile latino: bueno, esto la verdad es que queda fenomenal, pero eso sí, si bailáis de la leche y tenéis el ritmo metido en el cuerpo. Y aquí podéis elegir el que sea bachata, cumbia, merengue, salsa, etc.
Sea como sea, lo importante de este día y sobre todo de este baile es que vosotros y vuestros invitados os divirtáis, con lo cual, pasadlo bien y si os equivocáis o algo sale mal no os preocupéis, lo importante son los recuerdos que tendréis de lo bonito que fue prepararlo juntos ¿no creéis?
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