¿Habéis visto esas películas donde, de repente un lugar se transforma en otro completamente diferente?, generalmente esta acción suele realizarse por arte de magia, o por parte de criaturas fantásticas del tipo hadas, magos, duendes, etc. Pues esta vez, os vamos a hablar de como esto, se puede hacer realidad sin necesidad de tener poderes; simplemente hacen falta ganas, pasión por tu trabajo y profesionalidad.
Muchas veces, nos encontramos con parejas que por diferentes motivos eligen un lugar que por lo que sea, a veces, no cumple con los cánones de los gustos de los novios, con la temática de la boda, o simplemente el sitio per se es de estos que asustan, o te echan para atrás a simple vista. ¡Y he aquí donde entramos nosotros!
Las wedding planers profesionales somos en muchos casos vuestras hadas madrinas, podemos cambiaros cual Cenicienta, ya que también acompañamos y asesoramos a los novios, pero también podemos ser como el genio de Aladdín que lo que pidáis por esa boquita lo hagamos realidad. Pues en este caso, además seremos como la hechicera de la Bella y la Bestia, que una vez superado el conjuro devuelve todo su esplendor al castillo lúgubre y oscuro donde transcurre la película; sólo que, en este caso, no devolvemos la antigua imagen, sino que le damos una nueva y totalmente personalizada al gusto de los clientes.
A la hora de transformar de un lugar es imprescindible, conocerlo bien, saber todas sus características, hacer un buen análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) y sobre todo saber bien los gustos de los novios, ya que sus peticiones y preferencias son las que priman en este tipo de trabajos, bien sea el tema de la paleta de colores, la temática, el aforo, etc.
Una vez “estudiado el terreno”, tenemos que ver de qué herramientas disponemos y cuales vamos a necesitar, ajustarlo todo al presupuesto de nuestros clientes y preparar el proyecto.
En casos como estos, te puedes encontrar de todo en el lugar, y cuando decimos de todo… ¡ES DE TODO!, polvo, bichos, basura, ratoncillos, mobiliario antiguo, aparejos, etc. así que tienes que estar preparada para cualquier imprevisto, de ahí que digamos que las WP somos “todoterrenos”, porque nos convertimos en un instante, en limpiadoras, controladoras de plagas, técnicas de residuos, zoólogas (siempre hablando desde la exageración hiperbólica, por supuesto). Por eso, es importantísimo que amemos lo que hacemos y que tengamos una pasión infinita por nuestra profesión.
Cuando nos ponemos a decorar y a habilitar el espacio para el evento en sí, empezamos lo antes posible, para estar preparados ante cualquier imprevisto que pueda suceder, sobre todo con la cuestión de la iluminación que en estos casos es prácticamente lo más espectacular y también lo más engorroso. Y terminamos con el tiempo suficiente para que proveedores y demás servicios puedan ofrecer bien sus servicios dicho día.
Además, para no que no haya contratiempos o males mayores siempre tenemos en cuenta todas las medidas dichas por ley: tenemos en cuenta las salidas de emergencia, los extintores que debe haber, usamos siempre telas ignífugas, etc. Es decir, damos confianza, tranquilidad y eficiencia para que tanto clientes, como invitados y nosotros mismos quedemos satisfechos con nuestro trabajo.
Como colofón, sólo queda decir que lo más importante de toda esta transformación es ver la cara de nuestros clientes al ver el resultado. Es una cara, donde se reflejan tantas emociones a la vez: la gratitud, la felicidad, la emoción, … y todo ello, es impagable. Saber que por un día has sido el hada madrina de alguien y has conseguido que sus sueños se hagan realidad, colma de felicidad a todo nuestro equipo, de ahí que siempre busquemos a los mejores trabajando y apasionados en lo suyo.
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